miércoles, 18 de junio de 2014

Pasado de…
Sálaman



            Miedo a dormir. Miedo a sentir y a caminar. Mi vida ser resume en miedo. Observo este mundo con pánico y escalofríos. Torres de cristal y carros de metal que surcan calzadas sin la ayuda de caballos. Andar por el este enorme caos es igual que gatear en el filo de un volcán. Los hombres y mujeres me miran curiosos, incluso los animales me ladran cuando paso por su lado. Respiro la muerte y siento los oscuros corazones que ellos albergan en su interior.
            Los pecados son más habituales en esta época. Gula, avaricia, envidia… los demonios sacian su hambre con cualquiera de ellos. Odio mi vida pero ahora tengo hambre. Con cada paso hacia oscuros y humeantes callejones me acerco cada vez más a mi víctima. No soy un asesino, ni tampoco pretendo matarla. Solo necesito un bocado de su esencia. Me contendré esta vez y no devoraré su luz me alimentaré de la oscuridad aunque esta solo me deje vivir sin mis nuevos dones.
            Ojos dulces y labios rosados. Un espectáculo para cualquier ser vivo. Lástima que dejé de serlo hace tempo. Apoyado en la dura pared de ladrillo la miro. Se contonea con suavidad. Puedo oler desde la entrada del callejón todos sus pecados.
<< Le dices a papá que eres una hija buena, pero luego sales y fornicas con todo el que se te pone a tiro.>>
            La boca se me hace agua y sin darme cuenta ya estaba a su espalda. No me ha oído. Demasiado sigiloso para ella. Inundo mis pulmones de su aroma. Salto y me quedo muy quieto en la fachada de edificio de mi izquierda. Soy un depredador mucho antes de ser lo que soy ahora. Justo a tiempo ella se gira pero no me ve. Estoy sobre ella y contengo mis ganas de saltar y comer.
<<¿Qué diría mi señor si viera lo que estoy a punto de hacer?>>
Sé que él no volverá. Esta muerto. Ya hace más de mil años y no percibo su asombrosa aura. Me despreciaría si me viera en lo que me he convertido por morir con tanto rencor en mi corazón. Aún recuerdo mi juramento. Por eso me veo de esta manera.
<<Juro por mi alma que no descansaré hasta verte convertido en rey.>>
El Niveniano, una vez que haya jurado no puede romper su palabra. No es honor sino una maldición.
Me deslizo poco a poco boca abajo por la pared. Estoy a punto de poder tocar sus cabellos. Lo veo. Su aura oscura pigmenta su iluminada alma . No puedo hacer esto a esta inconsciente. Te voy a hacer un favor. La agarro por el cuello y la pongo cara a cara. El terror de sus ojos al ver los míos alimenta mi ser.
<<Dentro de poco todo habrá acabado.>>
Me fundo en ella y devoro parte de su esencia como un mosquito en el brazo de un hombre. No me sacia pero me mantendrá en este mundo un tiempo más. Me fortalece los órganos pero no me hará mejorar mi estilo de vida. Mis camaradas ahora son los más acomodados de este cruel mundo. Yo sigo siendo un vagabundo desde que fui expulsado por Erick.
<<Algún día me las pagará.>>
Suelto su cuerpo agotado y la observo tirada en el asfalto. Sus cabellos dibujan ríos dorados. Preciosa criatura que ahora serás diferente nunca sabrás que una vez te ayudé. Me marcho y la dejo tirada en aquel sucio callejón. Sé que cuando llegue a su casa y mire a su padre de nuevo no sentirá remordimientos de su vida promiscua. Ahora es lo más parecido a un ángel. Le he devorado su oscuridad y su aura brilla con la misma intensidad que una estrella.

<< Ahora no soy un Niveniano y aunque desde el infierno tuve que escapar, no me convertiré en un Demonio.>> 

2 comentarios:

  1. Me encanta y... ¡lo sabía! Si es que Sálaman escondía algo muy oscuro...

    ResponderEliminar
  2. Odio mi vida pero ahora tengo hambre.. Muy bueno Sr prieto

    ResponderEliminar