¿Por qué escribo? Bueno es una buena pregunta a la
que pocos se callan cuando se la formulan. Yo en cambio me quedo pensando
buscando las palabras adecuadas para contestar. Cada vez que toco el bolígrafo,
con la intención de crear, miles de sensaciones se me pasan por la cabeza. Un fuerte
sentimiento de libertad, control y fuerza son lo que más abunda en mí. Porque no creo solo una historia, que espero,
que guste. A veces, solo me conformo con que la persona que disfrute sea yo. Puede
que suene egoísta, me da igual. Yo creo una historia, unas vidas irreales pero
a la vez son tan reales que el escritor vive con ellos. Unos personajes que se
desenvuelven en ese mundo imaginario que solo existe en mi mente. Un amor
imposible que a veces duele tanto que más de una vez mis lágrimas me han traicionado…
cada vez que ocurre yo contesto con una sonrisa, creo que en ese momento yo me
siento satisfecho con lo ocurrido. Si mis personajes salieran del papel y me
vieran, creo que me darían una paliza de muerte.
Amar. Creo que una pregunta con “¿Por
qué escribes?” se puede contestar con esa simple palabra. Amar a ese mundo, a
tu mundo, a todos los seres que aparecen en ellos y a sus defectos y virtudes.
No voy a mentir cuando alguien me
dice que le gusta mis escritos. Eso es el clímax de este trabajo. Gustar. Buscamos
incansablemente la aprobación de nuestros lectores y deseamos que hayan
experimentado las mismas sensaciones que todo escritor ha vivido en el momento
de plasmas su idea. Sin lectores no habría escritores. Pero eso me hace llegar
a otra pregunta. Una pregunta que me hago en ocasiones cuando me pregunta por
mi oficio. ¿Por qué no escribes? Amas la lectura y los libros. Te calificas de
adicto al tacto del papel y del color negro de la tinta. Sí que es difícil grabar
en letras tus ideas e historias, ¿Pero lo has intentado? Ya sé que todo el
mundo no puede ser escritor al igual que todo el mundo no puede ser alfarero o
un magnate de bolsa. Pero no digas que no puede realizar algo cuando ni si
quiera te has molestado en intentarlo. Yo lo hice y ahora no concibo mi vida si
dejo de escribir.
Imaginemos que intentas escribir, por
lo pronto ya eres escritor si escribes. Pero escritor no es solo teclear las teclas a la espera de que
aparezca una historia. Es la documentación, estudio y amor que empeñas en tus
obras. Sabiendo esas reglas puedes intentar crear algo. Serás mejor o
peor, eso lo decides tú mismo, dependiendo de todo el empeño invertido.
Así que cuando me preguntes “¿Por
qué escribes?” yo te contestaré “¿Por qué tú no?”
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